viernes, 21 de enero de 2011

¿Por qué Moisés eligió la paloma?

Un día, Dios decidió castigar a los hombres y enviar a la tierra el diluvio universal. Pero antes, llamó a Noé, un hombre justo, y le mandó construir un arca para cobijarse con su familia cuando subieran las aguas. También le ordenó llevar con él algunos animales.
  • Los animales habían oído que Noé acogería en el arca sólo a las mejores criaturas vivientes. Por eso, todos acudieron rápidamente junto a Noé y empezaron a presumir de sus virtudes.

- Yo soy el animal más fiero y noble –dijo el león-. Deberías salvarme.
  • El elefante intervino:

- No hay nadie tan grande como yo. Mira qué trompa tengo, por no hablar de mis orejas. Si eres sabio, me llevarás contigo .
  • ¿Qué importa el tamaño?- replicó el zorro-. Mi inteligencia es superior a la vuestra.

Pero ninguno de vosotros es capaz de trepar a los árboles- dijo el mono.
¡Que te has creído tú eso! –protestó la ardilla- ¿y yo qué?.
  • La fila de animales era cada vez más larga. Todos discutían porque querían subir al arca.

  • -Yo soy tan fiero como el león y mucho más guapo – dijo el tigre.

Y la oveja, que parecía medio dormida, baló:
Vosotros no hacéis nada útil. Yo sí que soy importante: le doy al hombre leche y lana.
- Pero sin mí no habría miel –dijo la abeja.
  • La jirafa, que mordisqueaba distraídamente la copa de un árbol, habló desde lejos:

¡Bah! Comparados conmigo, sois unos bichos insignificantes y enanos.
Y todos los animales seguían hablando sin parar.
  • Noé se fijó en un animal que estaba sola en una rama y que no decía nada: la paloma.

Y tú paloma, ¿por qué estás tan callada? ¿No tienes nada de lo que presumir?- le preguntó.
La paloma se ruborizó porque era muy tímida y respondió en voz baja:
- Es que… bueno, yo no soy ni mejor ni peor que el resto de los animales. Cada uno de nosotros tiene algo que los demás no tienen.
  • Noé se quedó asombrado de su sabiduría.

Tienes razón- dijo-. Llevaré en el arca criaturas de todas las especies. ¡Subid todos a bordo!
Los animales se pusieron muy contentos, olvidaron sus disputas y subieron al arca .
  • Al cabo de un tiempo, comenzó a llover… Y llovió y llovió durante cuarenta días y cuarenta noches. La Tierra se inundó y sólo se salvaron las criaturas que Noé había recogido.

Tras la última noche de lluvia, Noé envió a la paloma a tierra en busca de noticias. Poco después, la paloma regresó con una rama de olivo en el pico. ¡Era la señal esperada: las aguas habían bajado y los árboles quedaban al descubierto!
  • Por fín, cuando la Tierra se secó, Noé y todos los animales pudieron salir del arca. Y, desde entonces, la paloma es considerada por todos el símbolo de la paz.
El Peso de la Nada
                                                              
Dime: ¿ cuánto pesa un copo de nieve? 

Dime cuánto pesa un copo de nieve, preguntó un gorrión a una paloma.

Nada de nada, le contestó.

Entonces debo contarte algo maravilloso, dijo el gorrión:

Estaba yo posado en la rama de un abeto, cerca de su tronco, cuando empezó a nevar. No era una fuerte nevada ni una ventisca furibunda. Nada de eso.

Nevaba como si fuera un sueño, sin nada de violencia. Y como yo no tenía nada mejor que hacer, me puse a contar los copos de nieve que se iban asentando sobre los tallitos de la rama en la que yo estaba. Los copos fueron exactamente 3.741.952. Al caer el siguiente copo de nieve sobre la rama que, como tú dices, pesaba nada de nada, la rama se quebró.

Dicho esto, el gorrión se alejó volando.

Y la paloma, toda una autoridad en la materia desde la época de Noé, quedó cavilando sobre lo que el gorrión le contara y al final se dijo:

Tal vez esté faltando la voz de una sola persona para que en este mundo tenga lugar la paz.

LA PIEDRA DE HACER SOPA


UN CUENTO TRADICIONAL DE ORIGEN BELGA. TAMBIÉN FIGURA EN LA TRADICIÓN ORAL DE OTROS PAÍSES, COMO RUSIA DONDE SE LE CONOCE COMO LA RECETA DEL SOLDADO, MÉJICO LA OLLITA MÁGICA.


Érase que se era un soldado que volvía de la guerra. Llegó un día a un pueblo, un día en que soplaba un viento frío, el cielo era plomizo y el pobre soldado tenía hambre. Se detuvo ante una casa de las afueras y pidió algo para comer.

- No tenemos nada ni siquiera para nosotros- le dijeron, de modo que el soldado siguió su camino.

Se detuvo en la casa siguiente y pidió un mendrugo de pan.

- No tenemos ni para nosotros mismos- le volvieron a decir.

-¿Tenéis acaso una gran olla?- preguntó el soldado.

- Sí, tenemos un caldero de hierro.

-¿Tenéis un poco de agua?

- Sí, de eso hay mucho- le contestaron.

-Llenad el caldero de agua y ponedlo al fuego- dijo el soldado-, pues yo tengo una piedra para hacer sopa.

-¿Una piedra para hacer sopa?- preguntaron ¿Qué es eso?

-Pues es una piedra con que se hace sopa- explicó el soldado. Todos se reunieron en su torno para ver la maravilla.

La dueña de casa llenó la gran olla con agua y la colgó sobre el fuego. El soldado sacó la piedra de su bolsillo, una piedra que no parecía muy diferente de las que uno puede recoger en la calle, y la arrojó a la olla.

- Ahora, dejadla que hierva- dijo. De modo que todos se sentaron a esperar que el agua hirviera- ¿Podrías darme un poquito de sal? -dijo el soldado.

-Por supuesto- dijo la mujer y sacó de un tarro. El soldado tomó un puñado lleno y lo puso dentro de la olla, ya que ésta era grande. Todos se sentaron de nuevo a esperar.

-Unas pocas zanahorias no vendrían mal en esta sopa- dijo el soldado con añoranza.

-Oh, si es por eso, tenemos algunas- dijo la mujer, y sacándolas de debajo de un banquillo, donde el soldado las había visto, se las entregó. De modo que pusieron las zanahorias en el caldero. Y mientras éstas hervían, el soldado les contaba las aventuras que había corrido.

-Unas pocas patatas vendrían muy bien, ¿no les parece?- dijo en eso el soldado- Espesarían un poquito la sopa.

-Tenemos algunas papas- dijo la hija mayor de la familia. Las traeré.

De modo que pelaron las papas y las pusieron en la olla y siguieron esperando que ésta hirviera.

- Una cebolla da muy buen gusto- dijo el soldado.

-Corre a la casa de al lado y pídele al vecino una cebolla- dijo el granjero a su hijo menor. el chico así lo hizo y volvió con tres cebollas. Mientras todos esperaban, siguieron contando chistes y narrando historias.

-...Y no he probado repollo desde que partí de casa de mi madre- decía el soldado.

-Corre a la huerta y arranca un repollo- dijo la madre. Y una niñita salió corriendo y volvió con un repollo, que agregaron al caldo.

-No tardará mucho- dijo el soldado

-Sólo un poquito más- dijo la mujer revolviendo el caldo con un gran cucharón.

En ese momento llegó el hijo mayor de la familia. Había salido de caza y traía dos conejos.

-¡Justo lo que necesitamos para darle el toque final!- exclamó el soldado, y

fue cosa de pocos minutos que los conejos estuvieran limpios y cortados dentro de la olla.

-¡Hum!- dijo el cazador que tenía hambre- ¡Huele a muy buena sopa!

-El viajero ha traído la piedra- le explicó el granjero a su hijo- y está preparando una sopa con ella.Por fin la sopa estuvo lista, y a todos supo muy bien. Hubo suficiente para todos: el soldado, el granjero y su mujer, la hija y el hijo mayor, la niñita y el niñito.

-Es una sopa maravillosa- dijo el granjero.

-Es una piedra maravillosa- dijo su mujer.

-Lo es- dijo el soldado- y siempre os dará el mismo resultado si utilizáis la receta que os he dado hoy. De modo que terminaron la sopa. Y cuando el soldado se despidió, le regaló a la dueña de casa la piedra para pagarle su hospitalidad. La buena mujer se lo agradeció muchísimo.

-No es nada- dijo el soldado, y se fue de la casa sin su piedra.

Pero por fortuna, encontró otra justo antes de entrar en el pueblo siguiente.

El nacimiento







Este año cambiamos de sitio el tradicional nacimiento del colegio. Se colocó en uno de los  pasillos principales, por el que pasan todos los alumnos y asi pudieron disfrutar mucho más de él.

Enseñándome las notas






Después del festival se entregaron las notas y los alumnos salen de sus aulas para enseñárselas a sus profesores. Estos son algunos de los que vinieron a mostrarme sus boletines.







sábado, 15 de enero de 2011

Postales elegidas para felicitar las navidades a los padres











LAS POSTALES DE NAVIDAD

En el tiempo de preparación de la Navidad los alumnos del colegio se esforzaron en hacer, en el aula de Religión, unas preciosas postales que sirvieron para adornar los pasillos.
Se eligió una por aula para felicitar las fiestas a los padres.
Ponemos las fotos para dar comienzo a este blog y que podáis disfrutar de ellas. ¡Enhorabuena a todos!


Primero

Segundo B

Segundo A


El tren de Navidad

Infantil 5 años

Sextos

Quinto A

Cuarto A

Terceros


El tren de Navidad