Tras cada ventanita se esconde una sorpresa y a Aura le encanta descubrirla: hoy una chocolatina, mañana una golosina, ayer fue una pegatina. Son cosas pequeñitas, minúsculas sorpresitas que a la niña hacen disfrutar. Ya llega la Navidad y Aura quiere reír porque en estos días se siente muy feliz.
Segundo, adornar el árbol, algo muy divertido: que si una bola por aquí, que si espumillón por allá, que si luces, que si angelitos, que si lacitos, que si una gran estrella para el final. Luego, con un chocolate bien caliente, Aura frente se sentará frente a él para contemplarlo, disfrutarlo y mil cosas imaginar.
Esas bolas de colores, piensa Aura, son planetas diminutos donde vive gente microscópica. Y el espumillón, sigue pensando, son autopistas doradas y plateadas que conectan unos planetas con otros y por él viajan, deslizándose, las pequeñas personillas. Y esas luces amarillas, rojas, verde o azules, son estrellas luminosas que charlan con parpadeos; ahora hablan las rojas y callan las demás, luego callan todas y hablan las verdes y así sin parar.
Ya llega la Navidad y Aura llena su cabecita de ilusión y felicidad. En tercer lugar, el Nacimiento que Aura prepara con mucho cuidado junto a sus papás. Aquí un pastor, la lavandera por allá, ese ángel va más acá. Algo de musgo, un par de piedras, papel de plata para el río figurar; un cielo azul y una gran estrella para los Reyes guiar.
Luego,al acabar, se queda observándolo, haciendo algún cambio final y, cómo no, poniendo su imaginación a trabajar. Aura imagina que las figuritas de noche, mientras todos duermen, seguro se moverán. Y los Reyes avanzarán un poco y el Niño llorará, y María cantará una nana y los pastores bailarán.
Y los ángeles jugarán al corro y las pastoras reirán y los animales harán mucho ruido y todos se divertirán. Ufff… menudo jolgorio, piensa, el que se debe montar.
Ya llega la Navidad y Aura se siente feliz de poderlas celebrar. Y piensa Aura en Papá Noel y en lo gordote que está y en que ella no tiene chimenea… hey, mamá, ¿por dónde va a entrar? Y le deja unas galletas y leche para cenar, y piensa que, si en cada casa, le ponen así de comer es normal que no pare de engordar.
Y, por supuesto, los Reyes, esos no pueden faltar, que Papá Noel está muy bien pero los Reyes, como son tres, pueden más regalos cargar. Y limpia bien sus zapatos y los deja bajo la ventana aunque duda que con esos camellos puedan entrar por ahí.
Un vaso por cabeza, galletas para tres, agua para los animales… ¿Ya los pajes, mamá, que les podemos poner? Ya está aquí la Navidad, unos días de ilusiones y Aura disfruta a montones. Ya está aquí la Navidad, Aura se siente feliz y cruza mucho los dedos para que nunca se acabe, jamás.
Ya llegó la Navidad, qué bien que lo va a pasar, ojalá que todo el mundo las pueda disfrutar en paz y tranquilidad.
Fin
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